La doctrina es muy importante en la Iglesia Bautista Betel. La Biblia hace la pregunta en Salmos 11:3, “Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de hacer el justo?”. Es por eso que, la doctrina es el fundamento sobre el cual se edifica el resto de la Iglesia Bautista Betel.

La palabra “doctrina” se encuentra 9 veces en el Antiguo Testamento y 44 veces en el Nuevo Testamento. Jesús fue conocido por la autoridad y poder de Su doctrina (Mateo 7:28; 16:12; 22:33; Marcos 1:22; 1:27; 11:18; 12:38; Lucas 4:32; 7:16-17; y Juan 18:19). En Hechos 2:42 se dice de la iglesia primitiva “perseveraban en la doctrina de los apóstoles.” En muchos de los libros del Nuevo Testamento Dios nos recuerda la importancia de la doctrina (Romanos 16:17; Efesios 4:14; 1 Timoteo 1:3; 2 Timoteo 3:10; Tito 1:9; Hebreos 6:1-2; 2 Juan 1:9).

Más importante que creer algo es creer algo correcto, porque hay muchas doctrinas falsas. Somos una iglesia que cree en la Biblia, una iglesia que enseña y predica la Biblia. La Biblia es la única autoridad de lo que creemos y lo que hacemos. Aquí presentamos un resumen de lo que creemos que enseña la Palabra de Dios.

Nosotros creemos que, las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamentos son la revelación escrita de Dios. Nosotros creemos en la inspiración verbal y plenaria de las Escrituras, y la preservación de Dios de Sus puras palabras a cada generación (2 Timoteo 3:16; Salmo 12:6-7).

La versión de la Biblia Reina Valera 1960 es la versión castellana que nosotros aceptamos y usamos. La Biblia es nuestra única autoridad para la fe y práctica.

Nosotros creemos en un Dios Trino, existiendo eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, siendo co-eterno, co-idéntico en naturaleza, co-igual en poder y gloria, y teniendo los mismos atributos y perfecciones, pero con funciones a veces diferentes en su trato con el ser humano (Deuteronomio 6:4; 2 Corintios 13:14; 1 Juan 5:7).  

Nosotros creemos que, el Señor Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, se encarnó tomando forma de hombre, sin dejar de ser Dios, y fue concebido milagrosamente por el Espíritu Santo y nacido de una virgen, para que Él pudiera revelar a Dios de forma visible y redimir a los hombres de su pecado (Juan 1:1-2, 14; Lucas 1:35; Isaías 9:6, 7,17; Filipenses 2:5-8; Gálatas 4:4-5).

Nosotros creemos que, el Señor Jesucristo logró nuestra redención a través de Su obra, finalizada en la cruz en sacrificio vicario; y que nuestra justificación es un hecho seguro por Su resurrección literal y física de la muerte (Romanos 3:24-26; 1 Pedro 2:24; Efesios 1:7; 1 Pedro 1:3-5).

Nosotros creemos que, el Señor Jesucristo ascendió al cielo, y es ahora exaltado a la mano derecha de Dios donde, como nuestro Sumo Sacerdote, Él cumple el ministerio de Intercesor y Abogado nuestro ante Dios el Padre (Hechos 1:9-10; Hebreos 9:24, 7:25; Romanos 8:34; 1 Juan 2:1-2)

Nosotros creemos que, el Espíritu Santo es la Persona de la Trinidad que convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio; y que Él es el Agente Sobrenatural en la regeneración, mientras bautiza a todos los creyentes en el cuerpo de Cristo, sellándolos hasta el día de la redención (Juan 16:7-11; 1 Corintios 12:12-14; Romanos 8:9; Efesios 1:13-14).

Nosotros creemos que, los dones o señales del Espíritu Santo, son dados por el mismo Espíritu a cada creyente. También afirmamos que hay ciertos dones, como el hablar en lenguas extranjeras (glosa) y profecía, que fueron temporales cumpliendo su función hasta tener la plenitud de la Palabra de Dios revelada de forma escrita. (1 Corintios 13:8-10; Salmos 19:7).

Nosotros creemos que, el hablar en lenguas nunca fue la señal común o necesaria del bautismo o llenura del Espíritu Santo, y que nuestro cuerpo espera la consumación de nuestra salvación en la resurrección, aunque Dios frecuentemente escoge responder la oración de los creyentes por la sanidad física, si es Su voluntad (2 Corintios 12:12; 1 Corintios 13:8; Hebreos 2:3-4; Marcos 16:17-20; 1 Corintios 1:22, 14:21-22)

Nosotros creemos que, el Hombre fue creado por Dios a Su imagen y semejanza, pero que con el pecado de Adán la humanidad se corrompió, heredando una naturaleza pecaminosa, y se alejó de Dios voluntariamente; y el Hombre es totalmente pecador, siendo incapaz de remediar su condición perdida ante Dios (Génesis 1:26-27; Romanos 3:22-23; Efesios 2:1-3, 12).

Creemos que, Dios creó al Hombre a Su propia imagen y semejanza, y en que Cristo murió por el Hombre; por consiguiente, cada individuo posee la dignidad y es merecedor de respeto en el amor cristiano (Salmo 8:4-9; Colosenses 3:9-11).

Nosotros creemos que, el mensaje del evangelio de Salvación es el mensaje del "arrepentimiento hacia Dios y fe hacia nuestro Señor Jesucristo" (Hechos 20:21).

Nosotros creemos que, los hombres son justificados por la fe sola y sólo se consideran virtuosos ante Dios a través del mérito de nuestro Señor y Salvador Jesucristo (Efesios 2:8-10; Juan 1:12; 1 Pedro 1:18-19).

Nosotros creemos que, a todos los que Él rescató y una vez salvó, son guardados por el poder de Dios y están así para siempre seguros en Cristo.

Nosotros creemos que, la vida eterna es la posesión presente de cada creyente para disfrutarla por la eternidad con Dios (Juan 6:37-40; 10:27-30; Romanos 8:1, 38-39; 1 Corintios 1:4-8; 1 Pedro 1:3-5; Judas 1, 24).

Nosotros creemos que, la Iglesia es el cuerpo y la novia desposada de Cristo, un organismo espiritual compuesto de toda persona renacida, que empezó con Cristo y los apóstoles, hasta nuestros días, fue llena de poder en Pentecostés y será llevada por Cristo en el Rapto a su presencia en el cielo (Efesios 1:22-23; 5:25-27; 1Corintios 12:12-14; 2 Corintios 11:2).

Nosotros creemos en la enseñanza del establecimiento de iglesias locales claramente definida en las Escrituras del Nuevo Testamento (Hechos 14:27; 20:17, 28-32; 1 Timoteo 3:1-13; Tito 1:5-9).

Nosotros creemos en la autonomía de la iglesia local, sin cualquier autoridad externa o mando (Hechos 13:1-4; 15:19-31; 20:28; Romanos 16:1-4; 1 Corintios 3:9, 16, 5:3-8, 13; 1 Pedro 5:1-4).

Nosotros reconocemos las ordenanzas del Bautismo por Inmersión en el agua y la Cena del Señor como un medio de testimonio y observancia para la iglesia local (Mateo 28:19-20; Hechos 2:41-42; 1 Corintios 11:23-26).  

Creemos que, es el privilegio y el deber de cada creyente Dar de sus recursos para el sostén económico de su iglesia. Este debe incluir el sostén del pastor, la manutención del templo, ayuda a los pobres y otros gastos relacionados a la proclamación del Evangelio (1 Corintios 9:14; 16:1-2; Gálatas 6:6; 2 Corintios 9:7; Malaquías 3:8-11).

Creemos que, las Escrituras enseñan que la Gran Comisión de la iglesia es dar a todas las naciones el evangelio del Señor Jesucristo, discipulando a los creyentes dentro del contexto de la Iglesia local, bautizarles y seguirles madurando en su fe. Capacitando a hombres fieles, llamados por Dios a la obra del pastorado y enviándoles a través de la Iglesia local para fundar más iglesias que sigan con el mismo patrón bíblico para alcanzar al mundo (Mateo 28:18-20; Marcos 16:14-18; 1 Timoteo 3:1; Hechos 14:21-23).

Creemos que el sistema de gobierno de una iglesia es congregacional, es decir, que todos los creyentes son iguales y que la iglesia mantiene su independencia y soberanía con autonomía en todos sus actos. (Mateo 23:5-12; Hechos 11.26; 13:1-3; Filipenses 4:10-19).

Creemos que, la iglesia tiene dos oficios: Pastor y Diácono. Estos y todos sus miembros tienen la sagrada y sublime misión de predicar el evangelio hasta el fin del mundo y servir al Señor dentro de la Iglesia local (1 Timoteo 3; Hechos 20:17,28; 14:23; 6:3-6; Tito 1:5-9; 1 Pedro 5:1-3; 2:5). 

Reconocemos al Señor Jesucristo como la única cabeza de la iglesia, y que da sus órdenes al cuerpo a través de Su palabra (Mateo 28:20; Colosenses 1:18-19; 2:10,19; Efesios 1:22).

Nosotros creemos que, todo el que Él salvó debe vivir de tal manera que no traer reproche a su Salvador y Señor; y por tanto, debe separarse de toda la apostasía religiosa, placeres mundanos y de pecadores, según lo ordenado por Dios (2 Timoteo 3:1-5; Romanos 12:1-2; 14:13; 1 Juan 2:15-17; 2 Juan 9-11; 2 Corintios 6:14-7:1).

Creemos que, debe haber completa separación entre el Estado y la Iglesia, siendo cada institución creada por Dios y buena e importante en su lugar, pero no determinante una sobre la otra (Mateo 22:21; Efesios 1:22).

Nosotros creemos, en la esperanza bendita del retorno de nuestro Señor, que será literal, personal, visible, inminente, pretribulacional y premilenial. Él vendrá por Su iglesia en el rapto antes de los 7 años de Tribulación, y al final de la Tribulación, Cristo volverá con Sus santos a establecer Su reino de mil años en la tierra previo a la eternidad (1 Tesalonicenses 1:10; 4:13-18; Tito 2:13; Apocalipsis 3:10; 19:11-16; 20:1-6; Zacarías 14:4-11; Salmo 89:3-4).  

Nosotros creemos, en la resurrección corporal de todos los hombres: los salvos, para vida eterna; y los inconversos, para castigo eterno (Mateo 25:46; Juan 5:28-29; 11:25-26; Apocalipsis 20:5-6, 12-13).

Nosotros creemos que, las almas de los salvos son, luego de la muerte, ausentes del cuerpo y presentes al Señor, donde en actitud consciente ellos esperan la primera resurrección, cuando el espíritu, alma y cuerpo se reunirán para ser glorificados para siempre con el Señor (Lucas 23:43; Apocalipsis 20:4-6; 2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23; 3:21; 1 Tesalonicenses 4:16-17).

Nosotros creemos que, las almas de los incrédulos permanecen, después de la muerte, en la miseria consciente hasta la segunda resurrección, cuando con el alma y cuerpo reunidos de ellos aparecerán ante el Juicio del Gran Trono Blanco, y serán lanzados en el Lago de Fuego, donde no serán aniquilados, sino que sufrirán el castigo eterno consciente (Lucas 16:19-26; Mateo 25:41-46; 2 Tesalonicenses 1:7-9; Judas 6-7; Marcos 9:43-48; Apocalipsis 20:11-15).

Creemos que la pureza doctrinal es esencial para la armonía del evangelio y que la Biblia nos manda a no asociarnos con alguien que está predicando un evangelio, o la enseñanza contraria a la sana doctrina. (Véase Romanos 16: 17-18; II Corintios 6: 14-18; 11: 1-4; Gálatas 1: 8-9; Efesios 4: 14-15; 05:11; Filipenses 3: 1-2; Colosenses 2: 8; II Tesalonicenses 3:14; I Timoteo 1: 3; 6: 3-5; II Timoteo 3: 5,13; Tito 1: 10-14; 3: 9-11; II Pedro 2: 1-3; 3:17; 2 Juan 7-11; Judas 3; Apocalipsis 2: 2,6,14-16,20-23)

Creer en esta base doctrinal bíblica ayudará a que puedas disfrutar con mayor gozo los beneficios de ser un miembro de la Iglesia Bautista Betel